– Yo voy a ser el rey y es que se ve que tú no lo vas a ser.
¿Qué relación tiene la frase de arriba con un mono?
¿Cuál falta en el poema de abajo?
Cuando nuestro dios agita
ríos, mares y montañas,
se montan grandes rodeos
y ocurren cosas extrañas.
Un volcán cercano a Capri
corniolas rojas lanzó,
tras una lluvia de tripis
cisco gordo se montó.
Aturdido por los hechos
y sintiendo un gran frescor,
piojos yo vi bailando
y uno de ellos proclamó:
«Si el rey elige ministro
al pueblo ha de servir.
Gobernar no es cosa fácil,
se libran batallas mil.»
Un médico me evacúa,
río y le beso los pies;
sabe de riñon y caries,
dentista – urólogo es.
A Mónica le gusta el limón
A Naomi la manzana
A Raquel la pera
A Sara la fresa
A Vanesa la uva
A Mario la lima
¿Qué fruta le gusta a Darío?
Al igual que el primer romance de los cinco lores en este también original de ensalada de palabras se esconden varios colores. Encontradlos.
Ya vuelven de Singapur,
pura aventura supone,
grotesca felonía ahogadora
donde airosa diosa impone.
Surcando el mar, ron en boca,
quien en Macao batalló,
y arreciando las tempestades
el barco ralo atracó.
Bregaron en la masacre
más triste allí provocada,
haciéndose piadosos
salmoneros de fachada.
Se lo tomaron a chufla,
vocearon sin acuerdo;
azulejos y grisgrises
se trajeron de recuerdo.
Aquello que el ojo vio,
letal maniobra sin ley,
¡No se vuelva a repetir,
vosotros ya no lo veis!